¿Te has decidido a adoptar y has dado la bienvenida a un cachorro a tu familia? ¡Enhorabuena! Compartir la vida con un perro la enriquece y va a llenarla de un modo que solo estos peludos saben hacer. Pero también tienes ante ti una gran responsabilidad que empieza con la necesidad de educarle. Para ayudarte hemos reunido seis consejos para educar un cachorro claves para su bienestar.
Ten en cuenta que un perro bien educado es un animal más feliz y la convivencia con él es más sencilla. La mayoría de los perros aprenden rápido y este proceso os ayudará a fortalecer vuestro vínculo, además puedes encontrar todo lo que necesites para él en nuestro catálogo de productos para perros en complementosparaaves.com.
6 consejos para educar un cachorro
1 – Repetir y seguir rutinas es básico para educar a un cachorro
Si repites la misma secuencia de acción, tu perro pronto se familiarizará con ella. Establecer una rutina pasa por hacer determinadas cosas todos los días a la misma hora aproximada y siguiendo, en la medida de lo posible, un mismo orden.
Esto es especialmente importante a la hora de comer y a la hora de pasear, que coincidirá con la hora de realizar sus necesidades. También es bueno seguir una rutina a la hora de dormir para que entienda que no es momento de jugar, ni de ladrar, sino de descansar.
2 – Identifica dónde puede hacer sus necesidades y mantenle con la correa mientras las hace
Si vives en una zona urbana, el cachorro debe aprender pronto dónde puede y dónde no puede hacer sus necesidades. También debe aprender que cuando te paras en un punto y dices “pis” es porque quieres que lo haga. Por eso uno de los mejores consejos para educar a un cachorro es identificar dónde puede hacerlo e insistir sin soltar la correa esperando hasta que lo haga y entonces premiarlo.
Tendrás que armarte de paciencia porque los consejos para educar un cachorro te ayudarán a lograrlo pero tampoco son milagrosos e inmediatos. Es importante que le alabes, acaricies y premies cuando orine o defeque donde le has indicado. Procura usar una palabra sencilla como “pis” o “haz” para pedirle que lo haga.
3 – No des a tu cachorro todo lo que pida para educarlo correctamente
Consentir todo no es bueno para él, ni para ti. No le des chucherías humanas ni parte de tu comida. Aprenderá rápidamente a no pedirlo si hacerlo no le sirve de nada. Si te da pena y le das algo, pedirá una y otra vez, será más insistente y sufrirá más cuando no se lo das. Así que es esencial mantenerse firme.
4 – Sirve su comida siempre en el mismo cuenco y dile cuándo puede comer
Puedes usar una palabra sencilla, como “espera” mientras viertes la comida en su cuenco para que no se lance a por ella. Es un buen consejo para educar a un cachorro y que entienda cuándo tiene permiso para comer. Una vez lo dejes en el suelo puedes decir “ya” o “come” y dejar que lo haga.
No le sirvas mucha cantidad de una vez y no le distraigas o incordies mientras se alimenta. Cuando vea que nadie le quita su comida comerá más despacio. Una vez aprenda puedes alejarte y acercarte e incluso tocar su cuenco sin quitarle nada. Así también aprenderá que no se debe volver territorial al comer y gruñir porque vas a respetar su comida.
5 – Pacta con la familia las palabras clave para educar a vuestro cachorro
¿No eres el único que se va a encargar de la educación del perro? En este caso uno de los mejores consejos para educar un cachorro es que os pongáis de acuerdo para ser coherentes. Tenéis que enseñarle lo mismo y del mismo modo o no sabrá a quién debe hacer caso, se sentirá confundido y tardará más en entender qué esperáis de él.
Lo más importante es que pactéis las palabras de las órdenes. Si uno dice “pis” y otro “pipí” para que orine o uno “dame” y el otro “cógelo” al lanzar una pelota le costará más aprender lo que tiene que hacer.
6 – No castigues el mal comportamiento pero señálalo
La mejor palabra para que sepa qué no debe hacer es no. No te rías si hace una travesura, porque puede que la siguiente no te parezca tan graciosa. Di “no” al instante. Alto y claro. Con un tono de voz imponente y una mirada que lo deje claro. Si no lo haces al momento no asociará la riña con el acto que la ha originado.