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ToggleMantener protegida a nuestra mascota tanto de los parásitos externos como internos es fundamental para que goce de buen estado de salud, especialmente en los meses de verano, cuando los mosquitos, las garrapatas y las pulgas actúan con mayor frecuencia, pudiendo transmitirles enfermedades como la babesiosis, la rickettsiosis, la dirofilaria y la lesihmaniosis.
Por fortuna, podemos encontrar actualmente en el mercado numerosos productos antiparasitarios. La cuestión es que la variedad de formatos que hay disponibles hace que muchas veces tengamos dudas sobre cuál es el mejor para cada cosa o si hay uno que sirva para todo.
Lo cierto es que no existe un formato universal que sea igual de efectivo en todos los casos, ya que en función del estilo de vida del animal, de su peso, de la época del año, del clima del lugar en el que vivamos y del tipo de protección que queramos darle será mejor uno que otro. Por ejemplo, no es la misma protección la que necesitará un perro que vive en el interior de la vivienda que el que duerme en el jardín. Y, aunque nuestro perro ya tenga una enfermedad crónica, como puede ser la leishmaniosis, siempre hay que protegerle igualmente para que no vuelva a portarlo y a contagiar a otros animales empleando productos antiparasitarios.
Así pues, cada dueño debe valorar las circunstancias y el tipo de insectos que más imperan al la zona para elegir la protección más adecuada. Para ello, el asesoramiento del veterinario puede sernos de gran ayuda.
Collares antiparasitarios
En la actualidad podemos encontrar muchos collares antiparasitarios distintos. Algunos actúan contra garrapatas, otros contra pulgas y otros son más efectivos para los mosquitos. Incluso los hay que sirven para todo, como es el caso del collar antoparasitario Scalibor. Estos collares actúan como repelente, evitando que estos insectos entren en contacto con el animal y le transmitan la enfermedad. Su duración suele ser de entre 6 y 8 meses, lo que varía en función de la marca. Además, es recomendable quitárselo un mes antes de lo indicado por el fabricante para que no pierda eficacia.
Por lo general, son un producto muy efectivo, salvo para aquellos animales que son alérgicos, o si tenemos varias mascotas que interactúan entre ellas. Y es que si se quitan el collar mientras están jugando, puede ser peligroso si se lo tragan pues podrían sufrir una intoxicación.
Pipetas
Las pipetas son otros productos antiparasitarios con distintas funciones. Deben aplicarse una vez al mes como mínimo, aunque lo ideal es hacerlo cada 3 semanas para conseguir una mayor eficacia, especialmente contra los mosquitos que transmiten la leishmaniosis. Se aplican sobre la piel del animal y suelen tardar varias horas en secarse, por lo que no son recomendables si tenemos niños pequeños en casa que están continuamente jugando con ellos. Y es que puede ser muy perjudicial si llegan a ingerir el producto. Además, hay que tener en cuenta que si queremos bañar a nuestra mascota, debemos hacerlo tres días antes de poner la pipeta o esperar tres días después de haberla aplicado. De lo contrario, el producto no será tan eficaz.
Comprimidos
Los comprimidos son uno de los productos antiparasitarios más innovadores, ya que tienen una eficacia inmediata. Al igual que los otros dos, los hay que actúan para una sola cosa, pero también los que sirven para evitar las picaduras de pulgas y garrapatas al mismo tiempo. Son una opción muy práctica y se dan una vez al mes o cada tres meses, en función de la marca. Lo bueno es que, al contrario de lo que sucede con las pipetas, no es necesario esperar para bañarlo, ya que el efecto se hace desde el interior del organismo. Eso sí, no protegen contra la leishmaniosis, por lo que es aconsejable combinarlo con un repelente para mosquitos.
Spray
Los sprays actúan de forma inmediata, por lo que están especialmente indicados cuando el animal ya está infectado de parásistos y muestra signos evidentes de molestia. El único inconveniente es que su aplicación es algo más complicada que la de las pipetas, ya que debe aplicarse pulverizando a contrapelo, procurando llegar a todas las zonas. Sin embargo, no servirá de nada si no desparasitamos también el entorno. En este sentido, es recomendable usar detergentes antibacterianos para limpiar la casa y desparasitadores de ambientes para el hábitat de la mascota.